ADONDE ORIGINALS

Cuentos de Buenas Noches

para Niñas Rebeldes

Hedy Lamarr narrado por Valeria Edelsztein

Había una vez una actriz muy famosa que en sus tiempos libres amaba inventar cosas. Su nombre era Hedy Lamarr. A lo largo de su carrera artística, Hedy llegó a participar en más de 30 películas, pero como inventora dejó al mundo una de las más grandes contribuciones tecnológicas: un sistema de comunicaciones para las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos que sirvió de base para las comunicaciones inalámbricas actuales, incluyendo el wi-fi. Después de su muerte y en reconocimiento al valor de su trabajo, su nombre fue incluido en el Salón de la Fama de los Inventores en el año 2014.

Ninas Rebeldes Podcast: Hedy Lamarr narrado por Valeria Edelsztein

Hedy Lamarr narrado por Valeria Edelsztein

Valeria Edelsztein: Había una vez una niña que crecería hasta volverse muy famosa en la pantalla grande. Pero esta estrella de cine llevaría además una vida paralela muy poco conocida: ¡la de una talentosa inventora! Su nombre era Hedy. 

Cuando era niña, Hedy vivía en Viena, Austria. Su madre, Gertrud, era pianista de conciertos, y Hedy heredó su pasión por el arte: aprendió a tocar el piano y le gustaba ir a la ópera. También amaba dar largos paseos con su padre, Emil, que era director de un banco. Él entendía —y compartía— la curiosidad que sentía Hedy por el mundo que les rodeaba. 

Mientras caminaban por Viena, Emil le explicaba a su hija cómo funcionaban las cosas: los tranvías eléctricos que veían pasar, o los aviones que volaban en el cielo. [SFX: Avion] Hedy quería entenderlo todo y Emil estaba feliz de ayudarla a aprender. 

Pero Hedy no se limitó a imaginar cómo sería entender el mundo que la rodeaba: ¡Puso manos a la obra!. Un día desarmó su cajita musical para poder estudiarla. [SFX: Rattling] Examinó con mucho cuidado todas sus partecitas. Luego, la volvió a armar. Y lo hizo todo sola. Cuando tenía apenas… cinco años.

::INTRO::

Valeria Edelsztein: Soy Valeria Edelsztein. Y esto es Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes. 

Un podcast sobre las mujeres extraordinarias que nos inspiran. Producido por Adonde Media. 

En este episodio: Hedy Lamarr. 

::UNA ACTRIZ EN CIERNES::

Valeria Edelsztein: El nombre completo de Hedy era Hedwig Eva Maria Kiesler. Era hija única y le encantaba ir al cine. Cuando volvía a casa, recreaba las historias con sus muñecas, en un escenario improvisado debajo del escritorio de su papá. 

“Toda la vida me ha encantado actuar y jugar a ser otra persona”, dijo una vez. 

Hedy no fue a la escuela: estudiaba en su casa con tutores privados. A los diez años ya sabía tocar el piano, bailar y hablar cuatro idiomas. Cuando tenía doce ganó un concurso de belleza en Viena. Hedy no estaba segura de si eso le gustaba: “Creo que el cerebro de las personas es más interesante que su apariencia”, diría años después. 

Al mismo tiempo, Hedy soñaba con estar sobre el escenario… 

A los dieciséis años, empezó a tomar clases de actuación en la escuela de un famoso director de Viena. Más tarde, consiguió trabajo en un estudio de cine como asistente de rodaje: era la encargada de asegurarse de que lo que filmaban fuera igual a lo que estaba escrito en el guión. 

Así como cuando había investigado el funcionamiento de su cajita musical, ahora Hedy quería entender cómo funcionaba la actuación. Trabajó muy duro para dominar el oficio: estudiaba con atención las palabras y los gestos de otros intérpretes. 

Y pronto le ofrecieron la oportunidad de actuar como extra en una película. No era un gran papel, pero fue el primer paso de Hedy hacia el estrellato.

::UN ESCAPE TEMERARIO::

Valeria Edelsztein: En Europa, la carrera de Hedy como actriz creció muy rápido. Con solo diecisiete años obtuvo un pequeño papel en una comedia alemana: Tormenta en un vaso de agua. Al año siguiente, consiguió su primer papel protagónico en la película No hace falta dinero

Pero su siguiente trabajo fue el que la llevó a la fama… y también, al escándalo. Interpretó a una joven esposa en la controvertida película Éxtasis, que fue prohibida tanto en Alemania como en Estados Unidos. A Hedy le preocupaba que después de esa película le fuera difícil conseguir otros papeles. Pero poco después ya estaba representando a la emperatriz Isabel de Austria en una obra de teatro. ¡Los críticos la amaban!

Uno de sus admiradores era un empresario muy adinerado llamado Fritz Mandl. 

Fritz se dedicaba a fabricar y vender armas a los ejércitos y se casó con Hedy cuando ella solo tenía dieciocho años. Pero los padres de Hedy no estaban contentos. Ambos eran judíos, y no les gustaba nada que Fritz tuviera vínculos con el dictador italiano Benito Mussolini y con el partido Nazi, que difundía un discurso de odio. 

Mientras estuvo casada con Fritz, Hedy casi no pudo actuar. Organizaba fiestas fabulosas en su casa a las que a veces, asistían líderes militares que hablaban de armamentos y estrategias.

Para 1937, Hedy sabía que no quería seguir en Austria ni en su matrimonio con Fritz. Cerca de él, ella se sentía “como una muñeca. . . sin mente, sin vida propia”. Pero tenía miedo de que Fritz no la dejara marcharse. 

Cuenta la leyenda que Hedy diseñó un plan audaz y desafiante para escapar. 

Primero, contrató a una empleada que se parecía físicamente a ella para que le ayudara durante una de sus fiestas. Después, esa noche, mientras la mujer que contrató dormía en la cama de Hedy, ella se puso un uniforme de sirvienta. 

En el uniforme había escondido joyas valiosas, cosidas en su interior. Hedy tomó una bicicleta y empezó a pedalear iluminada solo por la luz de la luna, alejándose de su mansión… hacia la libertad.

::UN BOLETO A HOLLYWOOD:: 

Valeria Edelsztein: Hedy llegó a Londres, lista para retomar su carrera como actriz. Louis B. Mayer, un importante jefe de estudios de Hollywood, quedó tan impresionado por el talento de Hedy que le ofreció un contrato con MGM, su reconocido estudio de cine. ¡Pero Hedy lo rechazó! 

Ella sabía que trabajar con MGM era su gran oportunidad para triunfar en Hollywood, pero quería un contrato mejor. Así que ideó un plan para convencer a Louis.

Primero, compró un boleto para viajar en el mismo barco que llevaría a Louis de regreso a Estados Unidos. A bordo, vistió sus mejores ropas y cada vez que se encontraba con Louis y su esposa, Margaret, hacía gala de sus encantos. 

Sabían que Hedy tenía lo necesario para convertirse en una gran estrella y que MGM tenía que tenerla entre sus talentos. Louis le ofreció a Hedy un mejor contrato y esta vez… ¡ella aceptó!.

El único problema era su nombre. “Hedwig Kiesler” no tenía el glamour de una estrella de Hollywood. Fue a Margaret a quien se le ocurrió el apellido perfecto, mientras contemplaba el océano: Lamarr.

Cuando el barco llegó a la ciudad de Nueva York, ya había reporteros y fotógrafos esperando en el muelle para tomar las primeras fotos de la nueva estrella de MGM: Hedy Lamarr.

::CON LA ACTUACIÓN DE HEDY LAMARR:: 

Valeria Edelsztein: Aunque desde niña Hedy había aprendido cuatro idiomas, el inglés no era uno de ellos.

Pero con solo seis meses de clases ya estaba lista para protagonizar su primera película de Hollywood: Argelia. 

Nadie sabía cómo iba a reaccionar el público estadounidense frente a esta nueva actriz. Un espectador contó que cuando el rostro de Hedy apareció por primera vez en la pantalla grande, todos en el cine se quedaron sin aliento. 

De pronto Hedy estaba en la portada de todas las revistas de cine. La gente la llamaba “la mujer más hermosa del mundo”. Su rostro icónico inspiró la imagen de la Blancanieves de Disney y también de la Gatúbela original. 

El estudio de cine mantenía bastante ocupada a Hedy: Trabajaba muchas horas y filmaba seis días a la semana. Cada año protagonizaba varias películas y compartía pantalla con grandes estrellas de la época, como Clark Gable, Spencer Tracy, James Stewart y Judy Garland. 

La propia Hedy se convirtió rápidamente en una de las estrellas más reconocidas de Hollywood.

::INVENTORA POR NATURALEZA:: 

Valeria Edelsztein: A pesar de que su carrera como actriz la mantenía muy ocupada, Hedy también tenía tiempo para divertirse. Le encantaba jugar a la búsqueda del tesoro y a “Dígalo con mímica”. Pero su pasatiempo favorito realmente era…inventar y arreglar artefactos.

Incluso convirtió una habitación de su casa en su taller de inventora. Algunas de sus herramientas eran del famoso aviador Howard Hughes, un amigo que compartía su pasión por la ingeniería. Cuando volvía a su casa después un largo día de trabajo en el set, Hedy entraba a su taller donde la protagonista… era su mente brillante. 

No le costaba trabajo inspirarse: las ideas le llegaban de forma natural, igual que cuando era una niña curiosa. 

Tomando como referencia a los peces y las aves, logró diseñar mejores alas para los aviones de Howard.

Pensando en lo difícil que debía ser para los soldados y los viajeros conseguir refrescos lejos de casa, Hedy inventó una tableta en forma de cubo que convertía el agua simple en soda de sabores.

Preocupada por las mascotas perdidas, se le ocurrió crear un collar que brillara en la oscuridad. Sus ideas no tenían límite. 

Pero fue durante una cena con un amigo que a Hedy le llegó la inspiración para su invento más importante.

::SALTO DE FRECUENCIA:: 

Valeria Edelsztein: En 1940, la Segunda Guerra Mundial estaba en su punto máximo en Europa, y el Océano Atlántico era uno de los lugares más peligrosos del mundo. Los submarinos alemanes atacaban a los barcos, incluso a los que iban llenos de personas refugiadas. 

Hedy estaba preocupada por su madre, que se preparaba para navegar hacia Estados Unidos en busca de un hogar seguro. El riesgo de que un torpedo hundiera el barco en el que ella viajaba era enorme. 

En una cena, Hedy empezó a hablar sobre la guerra y los armamentos con el compositor y pianista George Antheil. Ella sabía mucho sobre el tema por las conversaciones entre militares que había escuchado cuando estaba casada con Fritz. George, por su lado, había trabajado como inspector de armas.

A Hedy le preocupaba que los enemigos pudieran interceptar las señales de radio y desviar los torpedos estadounidenses. George estaba de acuerdo en que eso podía ser un problema grave. 

Por suerte, tanto él como Hedy amaban jugar a resolver problemas.

Así que ambos comenzaron a trabajar en el desarrollo de una tecnología que hiciera que las frecuencias de radio cambiaran según un código. 

Esto iba a hacer más difícil a los enemigos interceptar los mensajes, haciendo más seguras las comunicaciones por radio. 

Según Hedy, ella fue quien tuvo la idea y George supo cómo implementarla. De hecho, aprovecharon la experiencia que George tenía con los pianos para diseñar este invento, al que llamaron “sistema de salto de frecuencia”. 

Después de meses de trabajo, hicieron una solicitud de patente. Una patente es una licencia que el gobierno le da a un inventor o inventora para asegurar los derechos de su creación, ¡para que nadie más pueda copiarla! 

El 11 de agosto de 1942, Hedy y George recibieron la patente de su invento. Inmediatamente compartieron esta nueva tecnología con la Marina de Estados Unidos para que pudiera ponerse en uso. El país ya se había sumado a la guerra y Hedy quería hacer todo lo posible para ayudarles a ganar.

::AYUDANDO A GANAR LA GUERRA:: 

Valeria Edelsztein: Lamentablemente, en ese momento la Marina de Estados Unidos no tenía los recursos para poner en funcionamiento el invento. Sin embargo, reconocieron su valor, así que lo clasificaron para mantenerlo en secreto. Pero así evitaron también que Hedy y George pudieran seguir trabajando en él.

Hedy no pensaba rendirse: quería hacer todo lo necesario para derrotar al enemigo. Consideró dejar Hollywood y unirse al Consejo Nacional de Inventores para seguir creando tecnología militar que les ayudara a ganar la guerra. Pero otros miembros del consejo la convencieron de que podría ayudar más usando el poder de su influencia… como estrella de cine. 

Entonces, Hedy viajó por el país para promover y vender bonos de guerra. Estos bonos eran una especie de préstamo que ayudaba al gobierno de Estados Unidos a juntar dinero para sus actividades militares durante la Segunda Guerra Mundial. 

Gracias a sus apariciones y sus esfuerzos por promover los bonos de guerra, Hedy logró reunir 25 millones de dólares, el equivalente a más de $340 millones de dólares en dinero de hoy. 

También se ofreció como voluntaria para entretener a las tropas. Bailaba con los soldados para levantarles el ánimo e incluso lavaba los platos. Finalmente, en 1945 la victoria de Estados Unidos y sus aliados puso fin a la guerra.

::LOS AÑOS DE LA POSGUERRA:: 

Valeria Edelsztein: En 1953, Hedy cumplió otro de sus sueños: finalmente se convirtió en ciudadana estadounidense. Había trabajado mucho para proteger a ese país durante la guerra… ¡y ahora al fin podía llamarlo “su hogar”!

Hedy continuó protagonizando películas, incluida la famosa epopeya bíblica Sansón y Dalila y la exitosa comedia Mi espía favorita. A veces, Hedy se sentía frustrada por la mala calidad de los guiones que le ofrecían. Así que también comenzó a producir sus propias películas. 

La extraña mujer en 1946, Pasión que redime en 1947 y La manzana de la discordia en 1954. 

Era raro que una actriz se alejara de los poderosos estudios cinematográficos y creara sus propias películas, pero eso no detuvo a Hedy. 

Hedy estuvo casada seis veces y tuvo tres hijos. Se retiró de la actuación en 1958 y, dos años después, recibió una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood.

::“LA MADRE DEL WI-FI”:: 

Valeria Edelsztein: Hedy una vez dijo que su hermoso y famoso rostro era su “desgracia”. Lo consideraba una máscara que no podía quitarse, que hacía más difícil que la gente viera la persona que realmente era y las ideas que tenía. 

Durante décadas, nadie supo del trabajo de Hedy como inventora. Pero eso no significaba que no conocieran su invento. Antes de que se terminara la patente en 1959, un contratista militar utilizó su tecnología para crear boyas rastreadoras. Estos dispositivos ayudan a detectar submarinos en el agua. 

A partir de ese momento, el invento de Hedy siguió evolucionando. Durante la crisis de los misiles en Cuba, los torpedos estadounidenses incorporaron una tecnología de salto de frecuencia que estaba basada en el trabajo de Hedy. 

A principios de la década de 1980, los militares finalmente desclasificaron la tecnología de salto de frecuencia. Eso significaba que ahora, otros inventores y compañías podían utilizarla, ¡y sí que lo hicieron! En la actualidad, forma parte del sistema que permite mantener la privacidad en las comunicaciones electrónicas, como los mensajes de texto. 

También se utiliza en el sistema GPS, el Wi-Fi, la comunicación por Bluetooth y en costosos satélites militares. Se calcula que el invento de Hedy hoy en día tiene un valor de más de 30 mil millones de dólares. Sin embargo, Hedy y George nunca recibieron un pago por su trabajo. 

Con el tiempo, finalmente se empezó a reconocer el inmenso aporte tecnológico de George y Hedy, antes de que Hedy falleciera en el año 2000. En 1997, ambos recibieron el Premio Pioneer de la Fundación Frontera Electrónica. Cuando le preguntaron a Hedy qué pensaba del premio, ella respondió: “¡Pues ya era hora!”.

Maia De Luca Gómez:  Hola me llamo Maia De Luca Gómez, tengo 12 años y vivo en Santiago de Chile. Este episodio fue presentado por Valeria Edelsztein.

Valeria Edelsztein es Doctora en química, Diplomada superior en Enseñanza de las Ciencias, Comunicadora científica, asesora y productora de contenidos en medios televisivos, radiales, gráficos y digitales, Investigadora del CONICET y Docente. Es autora de contenidos escolares y de 15 libros de divulgación científica para todas las edades. 

Este episodio fue producido por Adonde Media. Está adaptado del podcast en inglés creado por Rebel Girls, basado en la serie Cuentos De Buenas Noches Para Niñas Rebeldes. El libro fue escrito por Elena Favilli y Francesca Cavallo y publicado en Español por Editorial Planeta. 

El equipo de Adonde Media incluye a: Laura Hernández en la producción principal. Mariano Pagella fue el supervisor de producción y realizó el diseño sonoro junto a Giovanna Romano Sanchez. Laurent Apfell hizo la Mezcla y el Mastering. Martín Cruz fue el supervisor general de audio y Martina Castro fue la productora ejecutiva.  

La versión original en Inglés, fue producida por John Marshall Cheary, Sarah Storm, y Robin Lai. El guión fue escrito por Joy Fowlkes y editado por Pam Gruber. El diseño sonoro fue de Mattia Marcelli. La canción principal fue realizada por Elettra Bargiacchi. Las productoras ejecutivas fueron Elena Favilli y Joy Fowlkes.

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¡Sigue inspirada y continua rebelde!

Episodio Extra: Conoce a Valeria Edelsztein

Valeria Edelsztein es Doctora en química, Diplomada superior en Enseñanza de las Ciencias, Comunicadora científica, asesora y productora de contenidos en medios televisivos, radiales, gráficos y digitales. Investigadora del CONICET y docente. Es autora de contenidos escolares y de 15 libros de divulgación científica para todas las edades.

Ninas Rebeldes Podcast Extra: Conoce a Valeria Edelsztein

Conoce a Valeria Edelsztein

Maia De Luca Gómez: Bienvenidos a Cuentos de Buenas Noches Para Niñas Rebeldes. Me llamo Maia De Luca Gómez, tengo 12 años y vivo en Santiago de Chile. 

Hoy voy a entrevistar a Valeria Edelsztein, nuestra presentadora  del episodio de… ¡Hedy Lamarr!

Valeria Edelsztein es Doctora en química, Diplomada superior en Enseñanza de las Ciencias, Comunicadora científica, asesora y productora de contenidos en medios televisivos, radiales, gráficos y digitales. Investigadora del CONICET y docente. Es autora de contenidos escolares y de 15 libros de divulgación científica para todas las edades. 

¡Hola Valeria! Por favor preséntate y cuéntanos algo más sobre ti. 

Valeria Edelsztein: Mi nombre es Valeria Edelstein. Estudié química y me dedico a hacer investigación. Sobre todo, trato de entender cómo aprendemos y cómo podemos mejorar la enseñanza de las ciencias naturales. Pero también me dedico a algo que me gusta mucho, que es hacer comunicación de la ciencia. A contar historias de ciencia y sobre todo de científicas. Me encanta que conozcamos todo lo que las mujeres aportaron y aportamos a la construcción del conocimiento científico… desde la antigüedad hasta el día de hoy. 

Maia De Luca Gómez: ¿Cómo decidiste que querías ser científica? 

Valeria Edelsztein: Hay personas que desde chicas saben lo que quieren hacer cuando crezcan, pero ese no fue mi caso en absoluto. Es más, cuando tenía siete años, mi mamá me preguntó qué quería ser cuando fuera grande, y yo le dije que quería ser pollera: quería cortar y vender pollo. Y aunque de chiquita me gustaba la matemática y me gustaban resolver problemas de ingenio y rompecabezas, nunca había pensado en la ciencia como algo para hacer cuando fuera grande. Recién en tercer año de la secundaria, cuando yo tenía 15, tuve por primera vez una materia que se llamaba Fisicoquímica y mi profesora, Ana, nos estaba explicando cómo estaban formados los átomos. Y entonces nos dejó una pregunta que me pareció fascinante y que me llenó de dudas y que me hizo darme cuenta de que yo quería dedicarme a intentar responder preguntas como esa y sobre todo a que se me ocurrieran nuevas preguntas. Y entonces decidí en ese momento que iba a estudiar Química. Qué es eso? Es la ciencia que estudia de qué están hechas las cosas que nos rodean y cómo se transforman. 

Maia De Luca Gómez: Narraste la historia de Hedy Lamarr, ¿qué es lo que más te inspiró de ella? 

Valeria Edelsztein: Hedy es mi científica favorita. Hedy tiene todo. Fue una vida de película, desde cómo empezó, cómo se escapó de la mansión de Fritz Mandel, cómo llegó a ser actriz de Hollywood, cómo no dejó de ser inventora mientras era actriz y, sobre todo, cómo contribuyó a nuestras vidas hoy en día. La vida de Hedy es increíble. Me encanta y quiero que todo el mundo la conozca. Cuando terminamos de cenar, que nos quedemos charlando y digamos ¿Vos conocés a quién le debemos el wi fi? ¿Vos sabes a quién le debemos que las comunicaciones inalámbrica se pueden hacer de manera protegida, de manera segura? Y que ahí aparezca la historia de Hedy y que todo el mundo la conozca. 

Maia De Luca Gómez: Para todas las niñas que están interesadas en ser científicas o inventoras ¿Qué consejo les darías?

Valeria Edelsztein: Voy a decir algo que no quiero que suene desmotivante. Lo que voy a decir es que el camino es difícil, pero está bueno que el camino sea difícil porque es un desafío. Y lo que está mejor todavía es que somos un montón de personas las que estamos dispuestas a acompañar. Entonces mi consejo es, ¿les gusta? Vamos para adelante. Y sobre todo traten de conocer, traten de encontrar a mujeres que sean científicas, que sean inventoras y que puedan acompañarlas en su camino. Que les cuenten qué pasó cuando ellas iban creciendo y se iban haciendo profesionales, cómo fue que enfrentaron los obstáculos y así, en el futuro, ellas cuando ya sean científicas o inventoras, puedan también acompañar a las nuevas niñas que vayan a hacerlo.

Maia De Luca Gómez: Si tuvieras la oportunidad de ir a cenar con una niña rebelde ( o modelo de inspiración) ¿a quién invitarías y por qué?

Valeria Edelsztein: Y Hedy Lamarr es una tentación para ir a cenar. Es una linda propuesta. Me gustaría. Le haría una rica comida. Entre otras cosas que hago escribo libros, sobre todo libros para personas pequeñas de 5, 6, 7 y más años, y tuve la suerte de poder escribir la vida de Marie Curie, que también es una vida muy inspiradora y con muchos obstáculos y muy sufrida y como la de cualquier persona, y eso también es interesante. Así que supongo que me gustaría charlar con Marie Curie. Pero Hedy debo decir que tiene un gran atractivo. 

Maia De Luca Gómez: Y por último, ¿qué te hace una niña rebelde?

Valeria Edelsztein: Creo que algo que me gusta es cambiar de opinión. Muchas veces nos dicen “tenés que elegir qué querés hacer cuando seas grande”. Y a veces uno no está en condiciones de decir, o quizás en ese momento le gusta algo pero después va cambiando a lo largo del tiempo. Y a mí me pasó eso. A mí me gusta mucho la química, pero después me di cuenta de que quería comunicar ciencia. Quería contar historias como la de Hedy. Y hoy hago más eso que química. Y después decidí también que quería aprender sobre educación. Y creo que cambiar de opinión es algo muy, muy valorable. A veces nos dicen que no podemos cambiar de opinión o que, bueno, si ya estudiaste esto tenés que seguir haciéndolo. Yo creo que no, yo creo que podemos cambiar de opinión a lo largo de la vida y podemos ir eligiendo, si tenemos la suerte, hacer aquello que en ese momento nos parece lo más atractivo y también nos parece, en algún sentido, lo más útil. Porque poder contar estas historias para niñas y no tan niñas, poder hacer que se conozcan, que sepamos quiénes fueron las grandes científicas y también quiénes son hoy las científicas que trabajan construyendo conocimiento, eso creo que es útil. Creo que es un gran aporte y creo que necesitamos más personas haciéndolo.  

Maia De Luca Gómez:  ¡Muchas gracias Valeria y hasta la próxima! 

Este episodio fue producido por Adonde Media. Si te gustó corre YA a compartirlo en redes sociales. Y si quieres escuchar más episodios ingresa a www.adondemedia.com o búscalo en tu aplicación de podcast favorita.  

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Equipo de producción

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martina

Martina Castro

Productora ejecutiva

Los Ángeles, EE.UU

Laura Hernández

Productora principal

Brooklyn, EE.UU

Mariano Pagella

Supervisor de producción y realizador del diseño sonoro

Buenos Aires, Argentina

Laurent Apfell

Mezcla y mastering

Santiago, Chile

Martín Cruz

Supervisor general de audio

Santiago, Chile

Giovanna Romano Sanchez

Realizadora del diseño sonoro

Los Ángeles, EE.UU