Cuentos de Buenas Noches

para Niñas Rebeldes

Celia Cruz, narrado por Gloria Estefan

Gloria Estefan: Había una vez una niña llamada Celia, que mucho antes de aprender a hablar… empezó a cantar. O al menos, eso era lo que contaba su abuela.

Cada noche, cuando sus tres hermanos y sus primos se encontraban ya arropados en la cama, Celia les cantaba con su cálida voz hasta que se dormían. El aire tibio de la noche cubana iba perfumándose con sus canciones. Los vecinos de Celia se reunían fuera de la casa para escucharla, fascinados por esa hermosa voz. Tenían que ser muy sigilosos, porque si ella se daba cuenta de que la estaban escuchando… sentía mucha vergüenza, cerraba la puerta muy fuerte…

 …y el concierto se acababa.

Algunas noches, de regreso a su casa, Celia se detenía en la calle, frente a alguno de los clubes nocturnos de La Habana, y pegaba su cara contra el cristal de las ventanas. Adentro, sonaban las orquestas y los bailarines no paraban de girar. Ahí estaba, el futuro de Celia, del otro lado del vidrio, aunque lo sintiera fuera de su alcance.

Su madre siempre apoyó su pasión por la música, pero su padre fue muy distinto. Él temía que su hija trajera deshonra a la familia si elegía esa carrera, y prefería que Celia fuera maestra. Ella quiso complacerlo y comenzó a estudiar para prepararse como educadora. Pero un día, una de sus profesoras la llevó aparte porque quería hablar con ella:

“No tienes que ser maestra”, le dijo. “Vas a dedicarte a cantar, y ganarás más dinero en un día de lo que yo gano en un mes.”

Soy GLORIA ESTEFAN. Y esto es Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes.

Un podcast sobre las mujeres extraordinarias que nos inspiran, producido por Adonde Media.

En este episodio: Celia Cruz. 

::CELIA EN LA RADIO:: 

Gloria Estefan: Cuando era adolescente, Celia aprovechaba cualquier ocasión que se le presentaba para ir a cantar en la radio: un día podía interpretar canciones cubanas tradicionales y el siguiente conformarse con alguna cancioncita publicitaria.

Un sábado, uno de sus primos la convenció de participar en una competencia de canto en la estación de radio García Serra. Celia se sentía muy nerviosa cuando llegó su turno de tomar el micrófono. Después de todo, era apenas la segunda vez que competía en un concurso. Pero en cuanto escuchó la música intensificarse a su alrededor, los nervios… 

¡Se esfumaron!   

Abrió la boca para cantar la melodía triste y lenta de un tango: “Quiero emborrachar mi corazón / para olvidar un loco amor…”. Su interpretación fue tan hermosa que la estación de radio le otorgó el primer premio de muchos otros honores que vendrían: [SFX: Drumroll] un delicioso pastel.

Su voz cálida comenzó a dispersarse en las ondas de radio hasta llegar a todos los rincones de Cuba.  Y no tuvo que pasar mucho tiempo para que personas muy importantes comenzaran a fijar su atención en Celia.

::NOCHES DE LA HABANA::

Gloria Estefan: Los clubes nocturnos en La Habana se destacaban por la calidad de los músicos de sus orquestas y el glamour de los bailarines que los frecuentaban. Pero, de todos los clubes, había uno que era aún más fabuloso que el resto: El Tropicana. 

Cuando las puertas se abrían, las luces cegadoras del Tropicana hacían destellar las prendas de lentejuelas. Sobre la pista color verde pasto, hombres de traje blanco conducían en el baile a mujeres con tocados de plumas en la cabeza. Actores, escritores, y políticos famosos conversaban, se reían y bailaban, dejándose fascinar por el vuelo de las faldas de las bailarinas.

En 1950, Rogelio Martínez, el director de La Sonora Matancera, una de las orquestas cubanas más famosas, se encontró con Celia, que cantaba bajo las deslumbrantes luces del Tropicana. Cuando Rogelio le pidió que se uniera a la orquesta como cantante principal, Celia supo que esta era una oportunidad única en su vida.

“¡Claro que sí!”, le contestó a Rogelio. “¡Sí, sí, y mil veces sí!” 

Ese momento cambiaría la historia, porque Celia fue la primera mujer negra que entró como cantante principal en la orquesta.

Al mismo tiempo, más allá del club y su paisaje de palmeras que se mecían, dejando las plumas y las lentejuelas atrás, la revolución comenzaba a gestarse en Cuba. 

…Para 1953, un hombre llamado Fidel Castro inició el intento de derrocar al presidente del país, que se comportaba más bien como un dictador. [SFX: Yells] En cuanto Castro y sus revolucionarios dieron inicio a la lucha, el caos comenzó a esparcirse por el país. Celia empezó a sentirse nerviosa.

::UN VUELO SÓLO DE IDA::

Gloria Estefan: Fidel Castro iba ganando poder  y cuando finalmente llegó al gobierno, tomó el control de las estaciones de radio y los canales de televisión. Espiaba a sus propios ciudadanos y encerraba en la cárcel a la gente que no estaba de acuerdo con el nuevo régimen. 

A Celia le preocupaba que Castro intentara controlar su carrera artística y le quitara el pasaporte o le ordenara qué tipo de canciones podía o no cantar.

Todo lo que Celia conocía y amaba estaba en Cuba. Pero empezó a pensar que tal vez era momento de salir del país, aunque fuera sólo por un rato, hasta que la situación se calmara un poco.

Así que cuando a Celia se le presentó la oportunidad de viajar a México para cantar allá durante un año, la aprovechó. Ella y el resto de La Sonora Matancera hicieron las maletas y tomaron un avión con dirección al oeste. Celia sintió un escalofrío de preocupación mientras subía las escaleras para entrar al avión. Pero se tranquilizó a sí misma diciéndose que volvería pronto, y que en un año ya estaría cantando de nuevo en sus clubes cubanos favoritos.

Celia observaba en silencio las nubes cada vez más lejanas bajo las alas del avión cuando el líder de la orquesta la convocó, junto al resto del equipo, para una reunión muy seria…

“Este es un vuelo sólo de ida”, les dijo. 

Había decidido que era demasiado peligroso que la banda regresara a Cuba. Estaban huyendo y abandonarían su país en busca de un nuevo hogar.

Celia había hecho sus maletas pensando que después de un año estaría de vuelta en Cuba, para darle besos a su madre y hacer reír de nuevo a su padre. Pero mientras atravesaba el cielo a miles de metros sobre el Golfo de México, se dio cuenta de que estaría lejos de su tierra mucho más tiempo del que había imaginado.

De hecho, Celia nunca volvería a pisar su país. 

::AMOR Y EXILIO::

Gloria Estefan: Al poco tiempo, en Cuba, Fidel Castro escuchó la noticia de que la mejor cantante cubana había huido de la isla. Castro conocía y había aprobado el plan de Celia para viajar a México, pero nunca se imaginó que no regresaría. Así que prohibió la música de Celia en todo el país. Y después, anunció que la orquesta entera tenía prohibido volver, para siempre.

Después de un año en México, Celia se mudó a la ciudad de Nueva York, donde la recibieron con los brazos abiertos. Pero aun cuando la alegría de sus canciones y el colorido de sus vestidos inundaban de dicha todos los escenarios que pisaba, el dolor de haber perdido su hogar a veces era demasiado para ella.

Con el paso de los años Castro mantuvo su palabra. Cuando la madre de Celia enfermó y murió, no le permitieron regresar a Cuba a visitarla. Cuando su padre murió, tampoco la dejaron despedirse de él.

Gloria Estefan: Cuando Celia se sentía triste solo podía acudir a una persona: Su nombre era Pedro Knight. 

Pedro era uno de los trompetistas de La Sonora Matancera, y pasó seis años intentando convencer a Celia de que saliera con él. Hasta que por fin ella aceptó y le dio una oportunidad.

“No fue amor a primera vista”, contaba él, cuando hablaba del largo cortejo. “De a poco nos convertimos en buenos amigos. Con el tiempo esa amistad creció hasta volverse amor”.

Ahora que ambos se encontraban exiliados en Nueva York, decidieron casarse. Para Celia era extremadamente importante tener a Pedro a su lado. No sólo era su marido, era un recuerdo vivo de su hogar. 

“Todos me miran y piensan que soy muy feliz”, dijo una vez Celia. “Pero yo no tengo madre, ni padre. No tengo país. Sólo tengo a Pedro”.

::¡SABOR!::

Gloria Estefan: En las calles de la ciudad de Nueva York, los dominicanos bailaban merengue, los puertorriqueños fiesteaban al son de la bomba, los colombianos tarareaban las melodías del vallenato, y los estadounidenses tocaban jazz, blues y rock-and-roll.

Esas mismas calles se habían convertido en el epicentro de un nuevo género musical. Y la gente lo estaba llamando: “Salsa”. Sólo en esa ciudad vibrante, caldo de tantas culturas diversas, podría haber nacido la Salsa. Durante esa época dorada, Celia fue una de las únicas mujeres en la escena. Al tiempo que la afición por ese nuevo género musical se esparcía por el mundo, también lo hizo la poderosa voz de Celia.

Uno de los componentes clave de la Salsa era el “sabor”. Cantar con sabor significaba no sólo poseer una voz hermosa, sino también interpretar las canciones con estilo, pasión y energía.

Celia Cruz era la reina del sabor, y al escucharla podías sentirlo hasta en los dedos de los pies.

Era divertido escuchar a Celia en la radio, claro, pero era todavía mucho más emocionante verla en vivo. Usaba vestuarios extravagantes, se la pasaba haciendo chistes en el escenario, y bailaba en unos zapatos de tacón alto que estaban diseñados para hacerla ver como si estuviera volando. 

Su tipo de vestido favorito era la bata cubana, que tenía volados y listones a lo largo de su caída: el vestido en sí era un gran espectáculo, giraba y se contoneaba al vaivén de Celia. 

Usaba zapatos plateados con tacones en forma de cisne, palmeras de lentejuelas sobre sus ropas, y una capa azul bordada con plumas de pavorreal. ¿Abrigos de pieles? Sí, por favor. ¿Collares y tocados para la cabeza cubiertos de diamantes? ¡Definitivamente! ¿Pelucas azules altas como rascacielos? ¡Por supuesto! Si algo era llamativo, brillante y glamoroso, Celia… lo amaba.

::AZÚCAR:: 

Gloria Estefan: Una noche, Celia estaba cenando con amigos en un restaurante en Miami. Después de comer, el mesero le ofreció un café con leche, como se suele tomar en Cuba, y le preguntó si lo quería con o sin azúcar.

“Chico, tú eres cubano. ¿Cómo puedes estar preguntándome eso?”, exclamó ella. En Cuba siempre se toma el café con muchísima azúcar. “¡Azúúúúúúúúúúcar, azúúúúúúúcar! ¡Dame mucha azúcar!”.

Otros comensales en el restaurante la reconocieron y comenzaron a imitar la manera en que Celia pronunciaba la palabra. Esa noche, durante su espectáculo, mientras los trompetistas descansaban los labios, ella le contó al público la historia y todo el mundo soltó carcajadas.

Después de un tiempo, ya había contado la historia en tantos espectáculos que lo único que tenía que hacer al subir al escenario era gritar: “¡Azúcar!”. Sus fans inmediatamente sabían que les esperaba un show… increíble.

[Celia: “Y ya no puedo más. Azuuucaaaarrr”, clapping and cheering]

::TIERRA NATAL::

Gloria Estefan: Celia volvió a estar cerca de su tierra natal una sola vez. En 1990 fue invitada a presentarse en la base naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo. La base se encuentra en la isla de Cuba, pero técnicamente es tierra prestada a los estadounidenses. 

La idea de encontrarse tan cerca de su país le provocó una maraña de emociones a Celia, algunas alegres y otras dolorosas. Cuando bajó del avión y vio las montañas cubanas a la distancia, se sintió tan exaltada que se arrodilló y besó el suelo de su amada isla.

Algunos oficiales del gobierno la llevaron a pasear por los alrededores de la base naval. Pasaron junto a una cerca de metal que separaba la Bahía de Guantánamo de Cuba. 

“Basta ya,” gritó Celia, “¡deténganse!” 

Celia metió su mano por debajo de la cerca y rascó todo lo que pudo, hasta que llenó una taza de plástico con tierra cubana.

“Al fin me siento en paz, sosteniendo esta tierra”, le dijo a la gente a su alrededor, abrazando la taza contra su pecho.

Esa noche, por primera vez, Celia pudo entrar al escenario sin tener que deshacerse de su tristeza.

::POR SIEMPRE CELIA::

Gloria Estefan: La música de Celia ha inspirado a personas de todo el mundo. Y a sus admiradores les encanta demostrar cuánto la adoran.

Una vez, mientras tocaba con su amigo Tito Puente, una persona cubana entre el público gritó: “¡Celia de Cuba!”. Enseguida, alguien más exclamó: “¡Celia de Puerto Rico!”. Y otro más: “¡Celia de México!”.

A ella toda esta atención la desconcertó un poco. ¿Acaso era ella Celia de México? ¿Era ella Celia de Puerto Rico? La luz del escenario la encandilaba hasta que, finalmente, Tito Puente rugió: “¡Celia del mundo!”.

En ese momento, el público se volvió loco. La música de Celia representaba mucho más que a un solo país. Para entonces, su voz y su legado ya pertenecían al mundo entero, a personas de todo el globo que se sentían conmovidas y unidas por su poderosa música.

::EL LEGADO DE CELIA::

Gloria Estefan: Celia Cruz no dejó de cantar hasta el año en que murió.

Pidió que se le hicieran dos funerales: uno en Miami y otro en la ciudad de Nueva York. Los dos fueron inmensos. Mucha gente famosa asistió para llorarla. Pero también llegaron miles y miles de admiradores que se habían sentido conmovidos por el sabor de su música.

Cuando la llevaron a su último lugar de descanso, un hermoso mausoleo en el barrio de Bronx, fue enterrada con la taza de tierra cubana que había llenado tantos años atrás. 

Hoy, el estilo llamativo y colorido de Celia continúa siendo  inspiración para músicos de la talla de Cardi B, Lady Gaga y Rihanna. Cada vez que la cantante cubana Albita, o la cantante colombiana Carolina La O, toman el escenario, sus tacones y su contoneo nos recuerdan al mundo de Celia. Siempre que una niña arrulle a sus hermanos por la noche cantando una de sus canciones, su sabor vivirá entre nosotros.

“Quiero que haya más mujeres en la salsa”, dijo una vez, sonriendo. “Un día tendré que morir, y quiero que la gente pueda decir: ‘Celia Cruz ha muerto, pero hay alguien que puede continuar su legado”.

[Celia: “Azucaaaarr!!!”]

::OUTRO Y CREDITOS:: 

Isabella Frontini: Hola me llamo Isabella Frontini, tengo 7 años y vivo en Buenos Aires, Argentina. Este episodio fue presentado por Gloria Estefan, cantante, actriz, y compositora cubanoamericana. Ganó el premio Grammy ¡8 veces! y fue calificada como “la artista latina más exitosa en la historia de la música”.

Este episodio fue producido por Adonde Media. Está adaptado del podcast en inglés creado por Rebel Girls, basado en la serie Cuentos De Buenas Noches Para Niñas Rebeldes. El libro fue escrito por Elena Favilli y Francesca Cavallo y publicado en Español por Editorial Planeta. 

El equipo de Adonde Media incluye a: Laura Hernández en la producción principal. Mariano Pagella [Pashella] fue el supervisor de producción y realizó el diseño sonoro junto a Giovanna Romano Sanchez. Laurent Apfell hizo la Mezcla y el Mastering. Martín Cruz fue el supervisor general de audio y Martina Castro fue la productora ejecutiva.  

La version original en Inglés, fue producida por Elena Favilli, Joy Fowlkes, y Meg Murnane. El guion fue escrito por Tori Telfer. El diseño sonoro y la canción principal fueron hechos por Elettra Bargiacchi. Y Mattia Marcelli hizo la mezcla de sonido.. 

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¡Sigue inspirada y continua rebelde!

Conoce a Gloria Estefan

Isabella Frontini: Bienvenidos a Cuentos de Buenas Noches Para Niñas Rebeldes.  Me llamo Isabella Frontini, tengo 7 años y vivo en Buenos Aires, Argentina. 

Isabella: Hoy voy a entrevistar a Gloria Estefan, nuestra presentadora  del episodio de… ¡Celia Cruz!

Isabella: Gloria, es una cantante, actriz, y compositora cubanoamericana. Ganó el premio Grammy ¡8 veces! y es una de las artistas más reconocidas y queridas del mundo.

Isabella: ¡Hola Gloria! Por favor presentáte y cuentanos algo más de vos. 

Gloria Estefan: Hola a todas esas niñas rebeldes que me están escuchando. Soy Gloria Estefan y soy madre, esposa, cantante, compositora. He hecho películas, así que soy actriz, he escrito libros de niños basado en mi bulldog llamada Noel. Planeaba ser doctora, pero a los 17 años me uní a una orquesta llamada Miami Latin Boys, en cual conocí a Emilio Estefan, el que formó la orquesta, y después a un año se convirtió en mi novio y nos casamos en el 1978. Acabo de hacer una película titulada Father of the Bride y también estoy honrada de ser parte de la película Vivo donde hice el papel de Marta, que me ha presentado a niñas y niños rebeldes muy jóvenes. He tenido una dicha de vivir una carrera muy larga en la música y canto desde que hablo. Así que esto vino conmigo. Nunca pensé que lo iba a hacer de carrera, pero cuando conocí a Emilio, mi vida tomó un giro muy grande y se convirtió en lo que más amo que es viviendo en la música. 

Isabella: ¿Cómo decidiste que querias ser música? 

Gloria: Como era emigrante, yo vine a los Estados Unidos, mi madre me trajo de Cuba a los dos años y los inmigrantes piensan que siempre tienen que tener un buen trabajo. Y el buscar un trabajo o tener éxito a veces en los campos de entretenimiento no es algo seguro, es un riesgo siempre. Entonces yo quería prepararme y ser doctora, estudié psicología y comunicaciones, pero cuando llegó el momento que entré al grupo y empecé a cantar con los Miami Latin Boys y empezamos a grabar discos y todo iba creciendo y creciendo, y me casé con Emilio, Decidimos que íbamos a arriesgarnos porque ambos amamos la música más que cualquier otra cosa, sabiendo que siempre estábamos preparados por si esto no funcionaba, pero gracias a Dios funcionó muy bien y hemos podido vivir haciendo lo que más queremos, que es vivir en la música.

Isabella: ¿Cuál es el recuerdo más especial que tienés de Celia Cruz? 

Gloria: Es difícil para mí escoger un recuerdo particular de Celia, porque he tenido la dicha de compartir tanto en mi vida con ella. Grabé la canción “Tres gotas de agua bendita” con ella, que fue para mi un momento tan especial en mi carrera, porque estar en el estudio con ella fue espectacular. Celia, antes de morir, nos regaló una de sus pelucas más impactántes, un vestido y uno de sus pares de zapatos famosos, los cuales los tenemos aquí en este estudio donde estoy grabando esto en la pared colgada en homenaje a ella. Así que hasta en el momento que ella sabía que se iba, estaba pensando en otros y dándole a las personas especiales en su vida cosas que significaban mucho para ella. También cuando nosotros empezábamos nuestra carrera y la primera vez que tocamos en Costa Rica, en el 1976, no nos habíamos conocido todavía y nos llegaron flores y una nota al hotel, diciendo “Hermana cubana, estoy orgullosa de lo que están logrando. Gracias por llevar nuestra bandera. Ojalá que un día nos podamos conocer en persona”. Esa era Celia antes de que fuéramos amigas.

Isabella: Para todas las niñas que están interesadas en ser músicas y hablar de temas importantes en sus canciones. ¿Qué consejo les darías? 

Gloria: Yo siempre le aconsejo a cualquier persona que quiera entrar en el mundo de la música, primero que no lo haga por la fama, porque la fama es un arma de doble filo. Uno cuando tiene éxito se convierte muy famoso y a veces pierdes pedazos de tu vida que significan mucho, como tu privacidad. Así que tiene que ser algo que te apasiona, de que estás listo de sacrificarlo todo por esa pasión. También les aconsejo que se preparen con una carrera, que estudien, porque aunque uno sea músico y componga siempre es importante prepararse y ser lo mejor que uno puede ser, porque en la vida, si tienes éxito, vas a tener la oportunidad de conocer a muchas personas diversas, de diferentes profesiones y es bueno estar preparados y poder hablar con quien sea y sentirse que uno está preparado para todo en la vida. 

Isabella: Y por último, ¿qué te hace una niña rebelde? 

Gloria: Yo he sido una niña rebelde desde que nací. Primero cuestionaba todo. Si mi madre me decía esto es así, yo era “por qué? explícame, quiero saber”. Mi madre no quería particularmente que yo entrara en este mundo de la música porque temía que habían peligros, que iba a abandonar la educación. Sin embargo, era algo que yo quería hacer y aunque nunca dejé de estudiar, le dije a ella “Voy a hacer mami lo que me apasiona”. Y lo hice. Mi abuela siempre fue mi más fiel apoyo en todo, pero no hay palabra que nos inspire más a mí y a mi esposo, que también es un niño rebelde, que la palabra “no”. Cuando alguien nos dice “esto no va a funcionar” es cuando más queremos comprobar que absolutamente sí va a funcionar. Y hacemos todo lo que tenemos que hacer para comprobarlo. Así que la rebeldía es algo importante para poder lograr tus sueños, porque siempre van a haber personas que te van a tratar de quitar las ilusiones o ponerte limitaciones. Y para tener triunfo en la vida hay que seguir hacia adelante con mucha fe, con mucha pasión y, como dije, dedicación. 

Isabella: Muchas gracias Gloria y hasta la próxima!

Isabella: Este episodio fue producido por Adonde Media, si te gustó corre YA a compartirlo en redes sociales. Y si quieres escuchar más episodios ingresa a adondemedia.com o busca en tu aplicación de podcast favorita.  

¡Sigue inspirada y continua rebelde!